martes, 21 de noviembre de 2006

despedidas de distinto sabor

El viaje

Villa de Leyva

El Departamento de Boyacá, al norte de Bogotá es de los más interesantes por su historia, paisajes y tradiciones. Sin embargo, apenas pude visitar algunos de sus atractivos. Villa de Leyva dicen que es el pueblo más bonito de Colombia. Quizá el mal tiempo que soporté me impide ser tan categórico.

Tiene una arquitectura colonial típica y una inmensa plaza empedrada. La villa es conocida por sus casas blancas y ventanas verdes pero a mi me tocó ver los edificios de la plaza pintados a causa de un rodaje de una novela.

Plaza de Villa de Leyva

A pocos minutos está Ráquira, un pueblo eminentemente turístico y conocido por su artesanía de barro.
En vista del mal tiempo decidí escapar de la zona en busca de mejor clima y me fui a la zona llanera de Colombia. Una zona de infinita llanura con una cultura e identidad muy definida.

Los Llanos colombianos

Sin lugar a dudas, un lugar muy adecuado para el agroturismo en fincas típica llaneras. Apenas un leve contacto con sus paisajes, su folclore, sus gentes y sus toros coleados…

toros coleados en Colombia

Famosa es también la carne llanera pero una indisposición me permitió disfrutar en condiciones del manjar. Muy buen recuerdo me llevé de esta zona pues las personas que me acogieron, se portaron de manera excepcional.



Y tras catorce horas en autobús, Cali me recibió con lluvia. No me gustó esta ciudad. Encontré además demasiada gente tirada por la calle. Lamentablemente tampoco pude disfrutar de la noche caleña pues mi contacto desapareció a última hora, cuando me preparaba para contrastar la famosa belleza de las mujeres de Cali en plena rumba salsera en la prestigiosa zona de Juanchito. Mi gozo en un pozo.

ermita de Cali

Y de la frustración de Cali a Popayán, otra ciudad con importante y destacado sello de la influencia española.

Calles de Popayán

Y aunque tenía previsto dedicar más días para visitar el Pacífico, decidí en vista de la lluvia pertinaz de los últimos días, abandonar Colombia hacia el próximo país de destino.

Lluvia sobre Popayán

La despedida esperanzadora
Me voy de Colombia encantado con todo; el país, la gente, la gastronomía, las mujeres… Aunque faltaron determinadas emociones que pensé desde hace tiempo podría vivir, sin lugar a dudas Colombia es convirtió en el pasaje más completo hasta ahora. He sentido el calor humano realmente de cerca. Como en cada país encontré familia adoptiva, en Colombia la familia de Mauricio en Medellín. A nivel profesional muchas personas colaboraron para que mi trabajo como reportero fuera del mejor resultado posible.

Villa de Leyva más

Colombia es un país espectacular de gente maravillosa en medio de un conflicto armado (invisible a mis ojos salvo). La riqueza paisajística del país da para disfrutar en entornos tan diversos como la selva, la sierra, la alta montaña, la costa, el llano, el desierto… ¿Se puede pedir más en un espacio tan pequeño?. A pesar de que me dicen que vi más que ningún colombiano, me faltó al menos un mes para haber visto otros atractivos. Una asignatura pendiente es disfrutar de las montañas de Colombia. Para que no se me olvide: Sierra Nevada de Santa Marta, Los Nevados, Cocuy y la Sierra de la Macarena.

atardecer llanero

Colombia es un país ajeno a los habituales canales turísticos. Mi futura agencia lo tendrá como uno de los destinos preferentes. Los contactos están realizados. Tanto solo hace falta gente que os queráis venir.
Colombia, Colombia tiene pinceladas brillantes del verde de las sierras de los Andes y la selva del Amazonas, del ocre de las tierras desérticas de la Guajira, del azul de cielos con perfil, del blanco de las casas de estilo colonial, del incoloro del aguardiente…

toros coleados

Me ocurre con Colombia lo que con un jugo de guanábana con leche o lo que con un beso en labios carnosos. Se me hace escaso, necesito siempre más.
Colombia, Colombia suena a ballenato. De ese que se menea con tanta elegancia en cualquier lugar donde surge la rumba. Ese armónico acordeón. Esa letra sufrida de amor.
Colombia, Colombia mira a través de unos ojos obscuros a medio abrir de una mujer de cuerpo exuberante para el pecado y de piel sensible y morena.
Colombia es un susurro inesperado a media noche.
¡¡Hasta pronto Colombia!!

cabalgata popular en San Martín, en el departamento del Meta

La despedida tranquilizadora
Media noche del jueves en Oviedo. Como todos los jueves mis amigos de la peña están cenando en ‘La Tata’, el restaurante que más me gusta de la ciudad. Falto yo. Decido llamarlos en medio de la habitual y exquisita presa ibérica y la sidra. Después de la sorpresa y mientras hablo con Salva que me reitera ‘¡¡en marzo debes estar aquí para venirte a esquiar con nosotros, ehh!!’, oigo a Jorge desde el rincón que me grita: ‘¡¡Antonio, la presa está de muerte!!’. Estoy a punto de colgar la llamada para dejar de sufrir. ‘El domingo es nuestra tradicional subida al Angliru y ya tenemos encargado el cordero a la estaca para después’ me comenta Salva. Este año el ‘águila de Toledo’ estará ausente pero que se preparen a mi regreso. Apoderándose del teléfono Jorge me da el golpe bajo definitivo ‘Antonio, Antonio escucha, este culete de sidra va por ti’, y mientras oigo tragárselo bebérselo quiero morirme de la envidia. De despedida un emotivo ‘Toñín vuelve’.
Así sigo, a medio camino de casi todo.

calles de Cali

Frontera entre Colombia y Ecuador, a 6 de noviembre de 2006.

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