lunes, 31 de julio de 2006

historias e historietas en medio del Brasil

El viaje
Treinta y seis horas y dos noches en autobús. Eso me supuso llegar de Río de Janeiro a Bonito, al oeste de Brasil, en el estado del Mato Grosso do Sol. Entre medias, parada en Ouro Preto, quizá una de las ciudades más bonita que yo conozca.

Ouro Preto

Ouro Preto, Patrimonio cultural de la Humanidad refleja fielmente el estilo colonial portugués. Aunque apartado de los principales focos turísticos del Brasil (seis horas de Río), merece la pena trasladarse hasta allá. ¡Gracias amigo Flavio por la recomendación!

Ouro Preto 1

Desde allí, llegué a Bonito, el punto de referencia ideal para los amantes del turismo ecológico y las actividades al aire libre, especialmente las acuáticas. Las aguas cristalinas que posee la zona, permite el ‘snorkeling’ entre peces y la vegetación.

Bonito - Balneario Municipal - Acuario Natural

Gracias a la Secretaría de Turismo de Bonito, a los operadores locales y al buen oficio de Janaina, tuve la oportunidad de disfrutar de los principales atractivos; snorkeling en distintos ríos, dos rapel verticales (uno de ellos de 72 metros en el interior de una caverna), paseos entre saltos de agua…

Absolutamente recomendable. Cuando vuelva a España, me dedicaré entre otros proyectos a ofrecer por Internet destinos de interés como este y que son desconocidos para los españoles. ¡¡Escuchadme!! (Por cierto, quien quiera o sepáis que quiera ir a la Argentina que se ponga en contacto conmigo antes de comprar nada para contarle lo que por Internet no debo).

Bonito - Abismo

Orlando dice:
‘Si bien trasmites muy bien lo que ves y lo que sientes, yo incluiría un poco de vida amorosa más allá de las familias que te reciben. Creo que te vendría muy bien que te enamoraras en algún lugar y te detuvieras, al menos unas semanas, de lo contrario el público va a entrar a dudar de tus sentimientos que empiezan y terminan tan rápido. Ese estilo es patrimonio de los norteamericanos’.
¿Yo cómo los americanos??? Que me dijese eso mi amigo psicoanalítica desde Buenos Aires, me preocupó.
De inmediato me puse manos a la obra pero ella misma impidió que quedase varado en Bonito entre sus brazos. Fabiana; belleza discreta, simpatía y desconfiada … todo en uno.

Bonito - boca da onça

Mi hermano Iñaki dice:
‘Te adjunto fotos y mini vídeos de la boda en la que estuve el sábado en Madrid. Por cierto, me encontré allí a Ángel Luís y toda su familia’. Si mi vida hubiera seguido el guión que junto a ella misma escribí, yo hubiera estado también felizmente en esa boda escuchando asombrado el sonido singular de esa gaita asturiana en honor al novio junto a mi hermano Iñaki, mi amigo Ángel Luís y su prima, la persona con la que compartí mi vida durante casi ocho años. Un final inesperado en el guión, agotó para siempre –estoy convencido- mis capacidades de sufrimiento y dolor por cuestiones del querer.
Aquella situación me llevó a dejar todo en mi Toledo (familia, amigos, trabajo, estabilidad…) y me condujo en un órdago a Asturias… a donde llegué con ella en alma y casi en cuerpo entero.
Mucho tiempo pasó hasta que derramé la última lágrima por mí. Y varios años los que tuvieron que transcurrir hasta que llegó el día (que no recuerdo) en que no la hiciese presente en mis pensamientos.
Dicen que no hay mal que por bien no venga. Aunque no creo que sea una máxima que normalmente se cumpla, en mi caso, así ocurrió. Con la perspectiva que otorga el tiempo pasado (y el dolor cicatrizado), acepto el precio (elevado, eso sí) que tuve que pagar para disfrutar durante los últimos siete años de un vivir lo más parecido a lo que creo debe ser la felicidad.
Ahora que me mezo en esta hamaca y obligo al sol del mediodía a regatear entre ramas y hojas para llegar hasta mí. Ahora que la música (que nunca falte) suena al compás de chicharras, ranas, pájaros. Ahora aquí, en medio de la nada de Brasil y lejos, muy lejos de aquella boda y de ella…, siento un escalofrío que me estremece todo al pensar que si aquella llamada y aquella frase que aún hoy en día sigo sin creer; ‘Toñín, ella está con otro’ no hubiera existido, no habría llegado a Asturias y mucho menos a este viaje… ¡¡Qué escalofrío!!

Gruta do Lago Azul

El protagonista
A escasos kilómetros de Ouro Preto, en Santo Antônio do Leite, Manuel decidió instalarse tras una intensa vida (de aventura). Formó familia y creó con el tensón que da la constancia, su ‘Capricho Asturiano’ (www.caprichoasturiano.com.br).
Desde Mier, en el concejo de Peñamellera Alta, y con 21 años huye del servicio militar y escapa a México desde donde inicia un peregrinar por América Latina. Sin papeles, prófugo, es deportado de país en país. Vive en el desierto, en playas, desciende en solitarios ríos del Amazonas, recorre en yate las islas del caribe, vive vendiendo piedras en Perú… Por temor a trivializar su historia, será mejor esperar a que termine el libro que está escribiendo para conocer de buena pluma su vida durante ese periodo de aventurero.
Despreocupado en las formas pero atento a las necesidades de su clientela. Su sombrero de paja cubre sus cincuenta años pero apenas su cabello. El bigote descuidado y la barba de varios días, le confieren un aspecto desaliñado propio del aventurero de verdad. Sabe de lo que habla y habla como si escribiese uno de sus numerosos libros. Así es Manuel, un hombre interesante.

Manuel, la aventura hecha hombre

El Manuel aventurero, es realmente el prototipo de aventurero, de explorador, de vividor (en el mejor sentido de la palabra) al que me gustaría imitar. Por su arrojo, por su iniciativa, por su vitalidad, pero sobre todo, por haber sacado ya partido a su vida…
“Sabes Manuel, hay gente que me admira por haberme lanzado a esta experiencia. Y yo me siento orgulloso también pero ahora aquí, en frente de ti y de tu historia, me siento tan insignificante…”. “Pero eso es normal. A mi también me ocurre. El otro día sin ir más lejos, llegó aquí precisamente un asturiano. Charlando con él, me contó que pasó gran parte de su vida trabajando como mercenario en África. Me estuvo contando cada cosa que me dejó fascinado. Y pensé, ‘joder, qué vida más apasionante’”.
Lamentablemente sigo descubriendo fascinantes maneras de sacar partido a mi vida. Cada una de ellas es una nueva agonía que me impide disfrutar con racionalidad del presente. ¡¡Vivir sola una vez?? ¡¡Qué gran putada!!
Mi mayor ilusión cuando sea mayor es ser un vividor. Vividor; (adj. calificativo). Dícese de la persona que saca partido a su vida.

La pregunta
¿A quién coño envidiará ese mercenario asturiano?

En Bonito a 23 de julio de 2006

jueves, 20 de julio de 2006

no hay futuro en Río... en Río de Janeiro

El viaje
Invierno en Río, Río de Janeiro. Y los cariocas y turistas disfrutando de la playa y de una temperatura en torno a los 25º.

Playa de Copacabana

Dicen por aquí que Dios hizo el mundo en seis días y que el séptimo, descansó en Río. Si a Dios le gustase las playas grandes, las actividades al aire libre, las mujeres despampanantes, la vida nocturna… entonces podría ser verdad. Pero si por el contrario le indignase las diferencias sociales, rechazase los vicios, le molestase la inseguridad… entonces sería mentira que Dios descansó aquí.
Río es una ciudad que vive absolutamente hacia el mar. A modo de anfiteatro, varios montes rodean la ciudad. En sus faldas, las casas de las favelas ganan terreno ascendente. La pobreza rodea la ciudad. La estatua del Cristo Redentor desde el morro (monte) de Corcovado, es el icono de la ciudad.

Río de Janeiro

Desde arriba puede divisarse como la ciudad vive casi sobre el atlántico, sobre la Bahía de Guanabara. También puede verse el Pao de Acúcar, y las famosas playas de Copacabana e Ipanema.



La actividad en estas playas es intensa, como intensa es la provocación de los cuerpos que juegan, nadan, pasean…

Cuerpos en Río

Río bien merece una visita de al menos dos semanas. Los alrededores son por lo visto muy atractivos (Buzios, Teresópolis, Ilha Grande, Paraty). Lamentablemente, no puedo quedarme más tiempo. Para quien quiera venir en carnaval que sepa que los precios, en el mejor de los casos, se doblan en esos días.

Maracaná

Las mujeres
Me decís muchos que me dedique más a las mujeres y menos a “filosofar de la vida”. ¿¡ Filosofar en Brasil!?
Tantos ellos como ellas, lucen cuerpos impresionantes. No obstante, me siguen llamando mucho más la atención el de ellas. Jamás vi mujeres como las brasileñas. La mayoría de ellas son ya en sí un auténtico monumento. Me sorprendo a mi mismo, girándome con descaro al paso de la de turno y es que aquí el culo adquiere proporciones de excelencia. ¡Excelencia divina!. Nunca vi cosa igual. Aunque lejos, muy lejos de mi gusto por la belleza discreta y la elegancia burguesa de las mujeres de Oviedo, las brasileñas me están volviendo loco. De ahí quizá que me dedique a la ‘filosofía’.

Pedra dois Irmaos al fondo

El prestigio
El voleyplaya es un deporte que me gusta… aunque nunca había jugado. Me acerqué a sacar unas fotos a una de las múltiples canchas que se reparten sobre la playa de Ipanema y en la que jugaba un grupo de veinteañeros.

Playa de Ipanema

Después de un tiempo, uno de ellos me invitó a sustituirlo. Me puse nervioso. Era como debutar con mi Atleti ante el Madrid. Cuando les respondí que era español, todos me recordaron la medalla de plata que conseguimos en volleyplaya en la pasada olimpiada. Mientras me preparaba, pensé que aquel recordatoro les haría pensar de yo sería un buen jugador. Yo, que era la primera vez que iba a tocar un balón de volley… Como exigencia del guión, tuve que quitarme la camiseta lo que me dio un tanto de reparo al verme mezclado con los cuerpos estilizados de mis compañeros. Y ahí salté yo a la cancha, con mi bañador tradicional frente a los bañadores surferos de ellos.

Voleibol al atardecer sobre la Playa de Ipanema

Los estiramientos rápidos que apenas hice no hicieron otra cosa que ponerme más nervioso. Sentí la mirada de sus novias y amigas sobre mi cuerpo… blanco y deforme. El primer balón, como el segundo y el tercero, no consiguieron mi propósito. Pronto todos se dieron cuenta de mi nula experiencia. El equipo contrario me lanzaba todos los balones a mi. Cuando me tocó serví, encadené una racha de unos seis o siete puntos. Envalentonado por lo realizado me vine arriba. Pero al querer salvar un maldito balón que me lanzaron a la esquina, lo golpeé de tal forma que se fue derecho hacia la calle por donde pasaba todo el tráfico del mundo. Y todo fue como a cámara lenta. Aquel balón entre coches y coches, yendo de un lado para otro. “Seguro que lo pisan, seguro. Toñín ves preparando el dinero” me decía. Cuando lo atraparon, quise ver la pelota entera, indemne. Con un gesto positivo de la mano, respiré profundamente. Hasta que mis compañeros me dijeron que se iban a bañar, que estaban cansados… seguramente de mi. Entendí su gesto. En la soledad de esa cancha de la playa de Ipanema, con mi bañador tradicional y mi moreno de obrero… me sacudí la arena de mi cuerpo y me fui… yo todo digno.

La duda
Sábado noche en Río. Doce y media de la noche. Lejos de mujeres espectaculares, de insinuaciones, de exhibiciones, del deseo… lejos de todo eso, decido irme a la cama. Me encantaría conocer este mundo que forma parte del mundo en el que vivo. La curiosidad por la novedad, la expectación por el azar, la ilusión por lo desconocido… me atrae pero otras preferencias y el uso racional de mi dinero castran mis deseos. ¿Haré bien?

El futuro
Medianoche sobre la favela de Barros Filho al norte de Río de Janeiro. Aunque cualquiera lo diría, esto también es Río, Río de Janeiro. Cuarenta mil personas de distintos vivir, tratan de (sobre-)vivir. De noche, incluso parece bonito, parece ‘un portal de Belén’.

Atardeciendo sobre la favela de Barros Filho

Hace ya una hora que no se oyen voces desde el exterior. Las calles de acceso al interior, están cortadas por troncos de árboles para evitar el acceso rápido de la policía (corrupta y asesina). A estas horas tan solo se mueve la droga y las relucientes motos que la conducen. Las armas de todo tipo protegen el entramado. Impactos de bala por todos los sitios, son la prueba. No hay futuro.
Aquí adentro de la favela, todo el mundo sabe lo que le corresponde hacer. Aquí ni se ve, ni se oye nada. Es difícil escapar a una situación donde niños con apenas catorce años ganan más que las personas que trabajan lícitamente. Macinho, un joven de dieciocho años y a quien le he dejado mi cámara pequeña durante los tres días de mi estancia aquí para que retrate lo que para él es su comunidad, me dice que quiere ser coronel. Cuando le pregunto por sus amigos, me responde que todos quieren dedicarse a las pistolas y a la droga. No hay futuro.

Cotidianidad en la favela (Barros Filho)

Apenas hace unas horas, hablaba con Roseana y sus veintiún años. “¿Que cómo me gustaría verme de mayor? Licenciada en farmacia, viviendo en otro barrio y teniendo mi propio carro. Yo sólo quiero eso, sólo eso.”, me decía entre sollozos pues sabe que no conseguirá en su vida nada de eso. No supe qué decirla para consolarla. No hay futuro.
Y aquí, junto a este despacho que ahora ocupo, duerme Ildefonso, un sacerdote toledano que lleva 48 de sus 72 años luchando, apoyando, consolando a esta gente.

Junto a los que la viven (Favela Barros Filho)

No sé si su lagrimal irritado y húmedo es fruto de tanto desconsuelo o fruto de la conjuntivitis permanente que padece desde hace años. El tamaño normal de su cuerpo no se corresponde con su casta. Y su hablar pausado nada tiene que ver con su tesón.
De otra madera. Sí, este hombre está hecho de otra madera. Son de esas personas que viven efectivamente a la intemperie. Que se mojan cuando llueve, que se queman bajo el sol, que busca la vida en cada acción, que vive aislado en medio de la noche… Así, lejos del reconocimiento por su trabajo y su vida dedicada a los miserables de la tierra, está Ildefonso. “Sinceramente Ildefonso, ¿qué es lo que te hace levantarte todos los días y darlo todo en un sitio así?”. “Mi fe en Dios y el cariño que siento de toda esta gente. No hay nada más”. ¡Qué pequeño y miserable que soy!, me repito una y otra vez.
Cada suceso, historia, tragedia… que me cuenta, es aún más increíble que el anterior. El 40% de los funerales que se celebran a la semana en la parroquia, pertenecen a jóvenes. No hay futuro.
Cuando por la mañana me dijo que por qué no me quedaba un día más, sentí que mi compañía le reconfortaba. Fue lo mínimo que pude hacer por él.
Seguramente hoy, como anoche, Ildefonso no concilie el sueño. El dinero del convenio que tiene firmado con el Ayuntamiento de Río para sostener a los niños que acuden a las guarderías que tiene la obra social que coordina, no llega desde hace tres meses. De no llegar en una semana, tendrá que enviar a los niños a sus casas. “Necesitamos que estos niños vengan a la guardería. Aquí preparamos el futuro”.
Si en esta habitación de aquí al lado donde ahora trata de dormir Ildefonso no está Dios, entonces Dios no existe.

Cristo Redentor

En Río de Janeiro a 16 de julio de 2006.

viernes, 14 de julio de 2006

todu bem, todu muito bonito em São Paolo

El viaje
Todo el mundo me había avisado de que no sería posible conocer en un mismo día los dos lados de las cataratas del Iguazú, el argentino y el brasileño. Acostumbrado ya a que no es necesario siempre hacer caso a la opinión de la gente, me levanté pronto y no solo me dio tiempo a verlo todo sino que me recreé al final de la jornada. Bueno, realmente recrearme no mucho pues no había mucha agua.

cataratas del Iguazú

Tras dieciséis horas de autobús llegué a Sao Paolo, la capital industrial del Brasil y que cuenta con un área metropolitana que supera los 16 millones de habitantes. São Paolo es una ciudad que apabulla por las dimensiones que posee y que intimida por su fama. Según leí el otro día en un periódico es, junto con Medellín, la ciudad más peligrosa del mundo (25 asesinatos diarios y 90 secuestros al mes).

Sao Paolo

Además de desconfiar de estos estudios, yo no pude ver ni sentir nada que avale esos datos. Lo que sí es cierto que aquí se toman precauciones a las que uno no está acostumbrado como la de saltarse los semáforos en rojo en determinadas zonas de la ciudad ante el temor de ser asaltado. Pero bueno, esto también lo viví en otras ciudades por las pasé durante este viaje.

Pronto caí en el cobijo y cariño de los asturianos. José María, del Entrego y Presidente del Centro Asturiano, dispuso para mi la casa de su hija. Toda su familia hizo todo lo posible para que mi estancia fuese lo más agradable posible. Y lo lograron con creces; me alimentaron, me lavaron la ropa, un espacio para mi “oficina”, me dieron cariño... Una vez más, me sentí en mi propia casa. Francisco, de Gijón se puso a mi disposición y me guió por la ciudad. Víctor, de Trubia, me ofreció su experiencia de vida e historias amenas y muy divertidas. ¿Qué más pedir?

Asturianos en Sao Paolo

A través de mi tío Miguel, conocí a Roberta, una simpatiquísima paulista que me permitió conocer a su encantadora familia, lugares interesantes y probar comida local exquisita. Ajenos a mi aventura, se convirtieron en poco tiempo parte importante de ella.

roberta y familia en Sao Paolo

Y así, querido, atendido, agradecido, satisfecho y feliz me fui de Sao Paolo, habiendo entablado nuevas amistades… inolvidables y que ya me acompañan en el corazón. Y es que siento la necesidad por ser justa, de hacer tributo de toda la gente que se porta conmigo así, así de bien.

Los costes
Brasil es caro… para alguien que viaja como yo durante un tiempo prolongado. Para alguien que viene su mes de vacaciones, desde Europa, no lo es. Si en Argentina era capaz de sobrevivir con diez euros por día, eso solo lo gasto aquí tan solo en hospedarme. En el transporte es donde más lo noto. Las dimensiones del país, me obligan a realizar largos trayectos y eso supone un desembolso considerable de dinero. Para ahorrar (y también ganar tiempo), viajo por la noche.

El portugués
Incluso para mi, el portugués puede llegar a ser una lengua entendible. Incluso ellos, llegan a entenderme cuando hablo en castellano. Pero cuando, yo torero, intento expresarme en portugués, me sale una mezcla muy singular de gallego, bable, catalán pero sobre todo italiano… que como sé unas cuantas palabras pues me surge sin justificación racional aparente. Por ejemplo, el ‘muito obligado’ yo lo convertí en ‘molto obligado’.Y así con mi portuñol-italiano voy provocando las risas por el Brasil. Pero bueno, todu bem.
Intenté comprarme un libro de introducción al portugués pero parece ser que los de aquí no lo necesitan… Si alguien que bucee bien en Internet encuentra algo así, que me lo mande por favor. Yo le estaría “muito obligado”.



El momento
Una vez más el insomnio me incordiaba. Pero no eran los pormenores de mi viaje los que esta vez me preocupaban. Me molestaba, una vez más, la muerte. Siempre he vivido agobiado por este “asunto”. Aún recuerdo con absoluta nitidez a pesar de que era bien niño, una noche en aquel piso en Toledo de la avenida Boladiez en que me desperté llorando en aquella cama que ocupaba junto a la pared del fondo de la habitación. Cuando mi madre me socorrió (mi padre trabajaba), la dije entre un verdadero sollozo que yo no quería morirme.
Ahora, lejos del consuelo maternal y en medio de una ciudad intimidante, repensé lo que muchas veces ya pensé y nunca expresé a los míos. Ojala que de tener que suceder me sorprenda tarde y ya sabio, pero si alguna vez muero… y hasta nuevo aviso; bajo el rito que más pueda aliviar el dolor, que sea mi familia la que lo decida. Mi cuerpo que sea incinerado. Y que mis cenizas sean esparcidas en dos lugares. Para seguir junto a los míos, en Toledo, por la zona del valle, mirando a la ciudad. Y en Oviedo, desde el Naranco, para tener de frente a Asturias, la tierra que tanto me provocó.
Así, y por última vez, seguiría incordiando… y también viajando. Eso sí, solo si alguna vez muero.

En Sao Paolo a 9 de julio de 2006

martes, 4 de julio de 2006

Brasil, ¡¡qué grande!!

El viaje
Y atrás se quedó Buenos Aires. Poco a poco fui perdiendo su perfil hasta que el horizonte del Río de la Plata lo devoró por completo.



En la otra orilla, Colonia Sarmiento ya en territorio uruguayo. Pueblo de arquitectura colonial española y portuguesa que se convertido en la mejor puerta de entrada que puede tener Uruguay. Lástima no haber podido ver atardecer sobre sus calles apostadas sobre el río.

Colonia Sarmiento

Pero los asturianos de Montevideo me esperaban. Tuve la suerte de que mi visita coincidiese con la celebración de la noche de San Juan por lo que además de saltar por encima de la hoguera pude vivir una entretenida velada.

CA Montevideo
Si bien el sol forma parte de la bandera uruguaya, apenas lo pude disfrutar en mi visita.

Montevideo

La lluvia persistente y cuantiosa me acompañó por Montevideo y Punta del Este.
En Punta, en la confluencia entre lo que es la desembocadura del río de la Plata y el océano atlántico, me reencontré con Lia, una uruguaya que conocí en Tucumán y que pocos meses después me estaba ofreciendo alojamiento en su casa. Aunque el tiempo no nos ayudó, me guió por esta afamada y adinerada zona turística y además me permitió conocer a gente encantadora, conocedores todos ellos de la belleza de Toledo. ¡¡Gente inteligente!!

Punta del Este

Agradecido una vez más por el tratamiento recibido en los dos días de mi estancia en Punta del Este, me despedí de Lia con destino hacia Brasil.
El cruce de la frontera entre Uruguay y Brasil, el mejor que he visto hasta ahora. Antes de subir al bus, me pidieron el pasaporte y fue la propia compañía de buses la que realizó todos los trámites aduaneros por lo que no tuve que bajar del autobús y así pude seguir durmiendo en medio de la noche.
Cuando desperté, lo hice ya en Porto Alegre. Prácticamente a pie de escalera Flavio ya me esperaba. A este encantador brasileño fue una de las primeras personas que conocí en este viaje. Fue en el albergue de Santiago de Chile y allí, sin darnos quizá cuenta ninguno de los dos, quedaríamos citados en su ciudad. Junto a su mujer Isabella, me abrieron de par en par las puertas de su casa, me guiaron por la ciudad y me ofrecieron su ayuda absoluta en la planificación de mi viaje por Brasil.

Porto Alegre

Alejado ya del calor amigo, me fui a Florianópolis y a Curitiba.

florianópolis

El anonimato y el mal tiempo, me acompañaron en mi visita a estas ciudades.

curitiba

De Curitiba me vine hacia la zona de las Cataratas del Iguazú. A unos ochenta kilómetros de Puerto Iguazú y de nuevo en territorio argentino, me fui a la Reserva Ecológica de Yacutinga, un territorio selvático en que existe un complejo hotelero a base de cabañas.

yacutinga

Tres días, dos noche en que recuperé las sensaciones de la selva, pero y en contra de lo que viví el verano pasado en Costa Rica, esta vez sin serpientes…, que actualmente se encuentran invernando por esta latitud.

Los gestos
Que encuentros fugaces generen gestos extraordinarios de generosidad como los de Lia, Flavio e Isabella me desconciertan. Que me dejen acomodarme como en mi propia casa, que se desvivan por mi comodidad, que me entreguen las llaves de su casa… habiendo existido de por medio simples encuentros, me enorgullece. Creo que mi ‘cuaderno de bitácoras’ y el modo en que vivo, siento y transmito mi viaje, hacen el resto.
Como a los que como Lia, Flavio e Isabella habéis confiado y confiáis en mí, la mayor de mi gratitud. Vosotros hacéis grande mi viaje y a mí, tremendamente orgulloso.

El fútbol
Mejor ni hablar.

fútbol brasil

La noticia
Voy a ser otra vez tío. Mi hermano Iñaki me dio la noticia de su próxima paternidad. A ver si ahora va todo bien. Después del aborto que tuvo Tere el año pasado, es de esperar que todo siga su curso normal. Creo que tuve más fácil el haber visto embarazada a mi cuñada Tere de Paula y no lo hice estando en España, que verla ahora de nuevo estando mucho más lejos.
El año que viene 2007 espero ser tío por partida doble. En el caso de mi hermano Javi y Sara, todo sigue normal en su tercer mes. Es curioso pero siento esta noticia como algo ya familiar. Y todavía queda por llegar el turno de mis otros dos hermanos; Luismi y David. Para cuando terminen los unos, se pondrán los otros. Mejor así, escalonados. Pues desde esta lejanía aún mayor tras conocer tan buena noticia, quiero desear a los protagonistas el mejor de los embarazos posibles y que todos los disfrutemos con salud y en familia (y cercanía).

El momento
Sábado noche. No puedo dormir. Doy tantas vueltas a la cama como al mapa del continente. Mis padres están en Oviedo carretera de por medio, seguramente dándose una paliza a recoger mi casa para su alquiler. Mi hermano Luismi espera una respuesta mía para definir un punto de encuentro para septiembre. Y en medio de esta selva, encontré irónicamente refugio y paz.

pájaros

De costado busco el sueño, la tranquilidad de no tener que pensar, de no tomar nuevas decisiones sobre caminos a seguir. El reflejo del fuego de la chimenea se refleja sobre la pared de esta cabaña. A fuera; grillos, langostas y algún búho orquestan armónicamente sus cantos en medio de la selva. Encima de mi y sobre el techo, alguna comadreja se pasea sin cuidado. Y la Señora, sin llegar.

Puerto Iguazú a tres de julio de 2006.